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Bomba arbitral sobre la final de Copa

El Madrid da plantón en la previa del clásico al ver “animadversión” en las amenazas de los colegiados del partido, que anunciaron medidas “más serias” por las críticas

Ricardo de Burgos Bengoetxea (izquierda) y Pablo González Fuertes (derecha) en la rueda de prensa previa al partido de la Copa del Rey.Foto: RFEF (EFE) | Vídeo: EPV
David Álvarez

Las llamas de la guerra del Real Madrid y los árbitros han devorado la antesala de una final de la Copa del Rey mayúscula (sábado 22.00, La1), un clásico que regresaba más de una década después de la última vez que los dos grandes se habían citado por el título. Por la mañana, los árbitros se quejaron en una rueda de prensa de los vídeos críticos emitidos por Real Madrid TV y amenazaron con movilizaciones del colectivo. Por la tarde, el club presidido por Florentino Pérez suspendió su participación en todos los actos previos (ni ruedas de prensa, ni fotos con el rival, ni cena en el Real Alcázar) y emitió un comunicado en el que tachaba de “inisibles” las declaraciones de los árbitros y pedía a la Federación “medidas”. El texto considera que la comparecencia de los colegiados demostraba “una clara animadversión y hostilidad de estos árbitros contra el Real Madrid”.

Unas horas antes, González Fuertes, designado para manejar el VAR en la final, se quejó de los vídeos críticos de la televisión del club, aunque quiso ampliar su lamento a otras manifestaciones en contra de su trabajo: “Estamos viendo todas las semanas redes sociales anónimas que insultan y amenazan sin ningún tipo de control. Estamos viendo community managers de redes oficiales [de clubes] que están constantemente atacando a nuestro colectivo, estamos viendo comunicados...”, dijo. “Y la consecuencia de eso es que después le pongan una diana a un compañero en la cabeza”. La víspera de la final de Copa, una de las raras ocasiones en las que los árbitros responden preguntas en público, fue el momento escogido para anunciar su respuesta, en boca de los responsables de dirigir el encuentro al día siguiente: “Vamos a tener que empezar a tomar medidas muchísimo más serias que las que se están tomando. No vamos a seguir permitiendo que pase lo que está pasando. En pocas fechas posiblemente tengáis ciertas noticias sobre lo que va a acontecer”, advirtió. “Esta plantilla [arbitral] va a hacer historia. No vamos a seguir aguantando lo que estamos aguantando”.

El Madrid entiende que estas amenazas “distan mucho de los principios de equidad, objetividad e imparcialidad que deberían imperar a escasas horas de un acontecimiento futbolístico que centra la atención de cientos de millones de personas en todo el mundo”.

El comunicado del club blanco ahondaba en las quejas expuestas de manera muy cruda en una carta que envió en febrero a la Federación y al Consejo Superior de Deportes pidiendo cambios estructurales en el sistema arbitral, que consideraba “corrompido desde dentro”.

Pese a la dureza del texto de ayer, que se sumaba al de febrero, el presidente de la federación, Rafael Louzán, aseguró en la SER: “El CTA (Comité Técnico de Árbitros) ha designado a un equipo arbitral y eso es lo que hay”.

El Madrid se ha mostrado esta temporada especialmente beligerante en las batallas que ha venido librando estos últimos años de manera más o menos discreta. En octubre decidió escenificar una potente protesta dirigida en última instancia contra la UEFA, su enemigo directo en el empeño de poner en marcha la Superliga. La mañana del 28, cuando comprendió que Vinicius no iba a recibir el Balón de Oro esa noche en el Teatro del Châtelet de París, decidió cancelar la expedición oficial a la gala. No hubo nadie allí para recoger el premio al mejor club del año, ni al mejor entrenador, Carlo Ancelotti.

El presidente de LaLiga, Javier Tebas, uno de los antagonistas más notorios de Florentino Pérez, tampoco dejó pasar la oportunidad de añadir gasolina al fuego de una competición que no organiza él. Al conocer el plantón del Madrid a los actos previos, recurrió a su cuenta de X y recordó todas las batallas en las que está implicado el club para concluir: “No protesta, presiona. No se queja, amenaza. No discrepa, castiga. No quiere mejorar el fútbol, quiere su fútbol. Y lo más grave no es que lo intente. Lo grave es que muchos lo permiten, lo consienten y le ayudan”.

Mientras se acumulaban las palabras de comunicados y reacciones, el programa de actos seguía su curso en la medida de lo posible.

Las lágrimas del árbitro

Se había empezado a torcer a las siete menos cuarto. El Barça aguardaba en el estadio la llegada de la expedición del Real Madrid después de las ruedas de prensa de Ronald Araújo y Hansi Flick. En su turno, el entrenador alemán se había referido a las declaraciones de los árbitros: “Los aficionados quieren ver a los futbolistas, cómo juegan”, dijo. “Y por supuesto necesitamos a los árbitros, y tenemos que cuidarlos. No es fair play no cuidarlos y no tenerles respeto”. Después de las comparecencias, el equipo entrenó sobre el césped recién instalado en la remodelada Cartuja y se disponían a aguardar a Ancelotti y Modric para la tradicional foto conjunta de entrenadores y capitanes. Entonces, la federación les comunicó que el rival no se iba a presentar. El equipo regresó al hotel y los dirigentes se dirigieron al Real Alcázar, donde estaba programada la cena oficial, con las autoridades locales y federativas. “Nosotros seguimos con la agenda tal y como estaba programado. Si los demás no quieren venir, no es problema nuestro. Ellos sabrán por qué lo hacen”, dijeron fuentes del club azulgrana.

La comparecencia arbitral de la mañana, realizada ante la atenta mirada de Medina Cantalejo, sentado en la primera fila, completó las amenazas de acciones más duras del árbitro de VAR con las lágrimas del colegiado de campo, Ricardo de Burgos Bengoechea. El bilbaíno de 39 años contó que para él era una “ilusión enorme” estar a punto de dirigir su primera final de Copa, pero quiso cerrar la rueda de prensa con una pincelada sobre las consecuencias personales que le suponían las insistentes críticas a su trabajo: “Cuando un hijo tuyo va al colegio y hay niños que le dicen tu padre es un ladrón, y llega a casa llorando, eso es muy jodido”, relató mientras los ojos se le llenaban de lágrimas y se le atragantaba la voz. “Lo que hago es intentar educar a mi hijo para decirle que su padre es honrado. Sobre todo, honrado. Que se equivoca, como un deportista más... Y eso es muy jodido”, dijo con esfuerzo. “No hay derecho a lo que estamos pasando muchos compañeros y compañeras”, añadió.

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Sobre la firma

David Álvarez
Sigue la información del Real Madrid y la selección española en EL PAÍS, donde ha sido redactor jefe de la sección de Deportes. Ha cubierto los Juegos Olímpicos, el Mundial de fútbol y la Eurocopa. Antes trabajó en ABC, El Español, ADN, Telemadrid, y La Gaceta de los Negocios. Es licenciado en Periodismo por la Universidad de Navarra.
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