Así es como los cárteles mexicanos reclutan a menores cada vez más jóvenes
Expertos en seguridad aseguran que el crimen organizado ensancha sus filas aprovechándose de las condiciones de vulnerabilidad en las que viven miles niños en el país

En un sombrío relato que expone la cruel realidad del reclutamiento infantil por parte de los cárteles mexicanos, ‘Sol’, una joven de 20 años entrevistada por Reuters, rememora su primera experiencia con la violencia con tan solo 12 años. Reclutada por un conocido en un bar, su entusiasmo y vulnerabilidad la llevaron a convertirse en una pieza más del engranaje despiadado del crimen organizado en México. Su historia ilustra cómo los grupos criminales aprovechan la pobreza y la violencia que asolan a muchos menores, convirtiéndolos en cómplices de atrocidades a cambio de una falsa sensación de pertenencia y protección.
Expertos en seguridad advierten que esta táctica sistemática de los cárteles se dirige a niños cada vez más jóvenes, quienes, en su búsqueda de estatus y pertenencia, caen en una trampa muchas veces mortal. Conocidos como “pollitos de colores”, estos menores son desechables en un sistema que los ve como activos fácilmente reemplazables. Aunque la falta de datos precisos complica su seguimiento, se estima que hasta 30.000 niños han sido absorbidos por el crimen organizado en México, con un preocupante descenso en la edad de reclutamiento.
A pesar de los programas de Gobierno dirigidos a mantener a los niños alejados de las drogas y el crimen, los resultados son escasos. La historia de personas como Sol refleja la urgente necesidad de una respuesta colectiva que frene la espiral de violencia que consume a la juventud en México.