La izquierda se prepara para las manifestaciones del Primero de Mayo con la vista puesta en la consulta popular
El Gobierno quiere impulsar el referendo para aprobar su reforma laboral con el apoyo de miles de manifestantes


El Primero de Mayo se ha convertido en una fecha especialmente simbólica para el Gobierno de Colombia. El presidente de izquierdas, Gustavo Petro, se ha servido de las manifestaciones anuales por el Día Internacional del Trabajo para revitalizar su mensaje ante las masas. En 2023, llamó a apoyar sus reformas sociales y la “gran revolución” de la clase trabajadora; en 2024, anunció la ruptura de las relaciones diplomáticas con Israel por su ofensiva en Gaza. El núcleo de la celebración este año será su propuesta de consulta popular con la que busca mejorar las condiciones de los trabajadores y mantener viva la movilización social que ha reclamado como base de su fuerza política. También servirá como termómetro de la popularidad del proyecto de Petro a un año de las elecciones legislativas y presidenciales.
El presiente ha anunciado que presentará este jueves en el Senado la propuesta de consulta popular, que nace tras el rechazo del Congreso de aprobar su reforma laboral, con la que pretendía aumentar las horas de recargo nocturno pagas, subir el sobreprecio del trabajo en festivos o dominicales o ampliar la licencia de paternidad. La apuesta es hacerlo con el empuje de miles de personas en las calles.
El Gobierno reconoce la importancia de esta fecha. El ministro del Interior, Armando Benedetti, dijo esta semana que las marchas, que se espera convoquen a decenas de miles de personas en todo el país, serán “una mini reelección” de Petro. La mano derecha del presidente, ante la polémica causada por el uso de la palabra “reelección”, prohibida para los presidentes, explicó que espera que “las reformas sociales sean escuchadas y decididas por el pueblo”. El Ejecutivo y sus aliados preparan unas marchas tan grandes como sea posible.
Los colectivos que han apoyado el Pacto Histórico, la coalición de izquierda gobernante, ya se preparan para una jornada que definen como “especial”. La Federación Colombiana de Trabajadores de la Educación (Fecode), el gremio de maestros oficiales y el más grande del país, ha dicho que espera convocar a unas 300.000 personas, incluidos los pensionados del magisterio. “En esta ocasión, salimos con un estímulo: denunciar la violación que significa para los trabajadores el rechazo de la reforma laboral y apoyar la radicación de la consulta popular”, afirma Edgar Romero, vicepresidente segundo de la federación.

Los maestros han sido un pilar para Petro. Aunque han tenido roces puntuales con el Ejecutivo, como el provocado por la reforma a la educación que presentó el Gobierno el año pasado, Romero señala que Fecode apoya al proyecto progresista “más allá” de 2026. “Este es un Gobierno que ha planteado varias iniciativas sociales y humanas, pero han sido los otros poderes hegemónicos y la élite política los que no han dejado conseguir todos los objetivos”, achaca el líder gremial.
Los indígenas ya están en Bogotá
Otra piedra angular para el Ejecutivo han sido los indígenas, que ya se han movilizado en masa a Bogotá, donde está prevista la concentración más multitudinaria en la Plaza de Bolívar, el centro de la capital. Miles de indígenas se han alojado en el campus de la Universidad Nacional (UNAL), un hecho que ha provocado inconformidad entre parte de la comunidad académica y los políticos de la derecha, a pesar de que los directivos de la institución acordaron acoger a los manifestantes.
Diego Torres, un profesor asociado a la universidad que hace parte de su consejo directivo, denunció en X la presencia de “personas con machetes y personas con actitudes bastante intimidantes”. “Parece que se está instrumentalizando la universidad”, dijo en una publicación que ya supera el millón de visualizaciones. El rector, Leopoldo Múnera, ha dicho que la situación está bajo control.
Gerardo Jumí, consejero general de la Organización Nacional Indígena de Colombia (ONIC), responde a las acusaciones de Torres: “La UNAL nos dio permiso de estar acá. Inicialmente, nos dio solo un lugar, pero debido a las fuertes lluvias nos dio mayor al campus y que la gente se pudiera alojar al menos en los andenes y las canchas deportivas. Han querido crear pánico, pero no hay ni una ventana rota”.
Para Jumí, los indígenas han llegado hasta la capital “para apoyar las reformas sociales”, pero también para reivindicar sus peticiones específicas, como la restitución de tierras ancestrales y la puesta en marcha de más funciones para sus autoridades. “Lo nuestro no es de solo unas horas”, subraya el líder, que proyecta que se reúnan este jueves en Bogotá más de 30.000 indígenas.
La espada de Bolívar
Las marchas no solo medirán la fuerza para iniciar la campaña por la anunciada consulta —que necesita más de 13 millones de votos para ser aprobada, cuando el presidente fue elegido con 11,3 millones—, sino también marcarán la vitalidad del proyecto que erigió Petro en 2022 y sobre el que se cimentará la candidatura progresista para 2026. En una de las demostraciones de ese simbolismo, el presidente anunció que “desenvainará” la espada de Simón Bolívar. “La quiero colocar como la guía del pueblo colombiano”, dijo en el Consejo de Ministros del pasado lunes.
La consulta, que para llevarse a cabo debe contar con el visto bueno del Senado, será decisiva para la izquierda. La campaña por el Sí ya inició con la instalación de comités ciudadanos para el voto afirmativo al referendo. Dado que la ley electoral prohíbe iniciar una campaña por una consulta antes de la aprobación del Legislativo, el Gobierno defiende que se tratan de “espacios autónomos de organización social” que solo tienen una labor pedagógica y no política. Este Primero de Mayo será la mayor plataforma para iniciar una carrera de fondo cuya línea de meta está en 2026.
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