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José Eustasio Rivera ‘estrena’ su obra de teatro ‘Juan Gil’ 113 años después de terminada

La Universidad Nacional de Colombia y la Biblioteca Nacional coeditan la primera obra del autor huilense, escrita en 1912, cuando tenía 24 años, basadas en un manuscrito encontrado en 2021 en un archivo privado en Manizales

José Eustasio Rivera
Santiago Triana Sánchez

La muerte repentina de José Eustasio Rivera en 1928, a los 40 años, en plena cúspide del éxito de su novela La Vorágine, le dio para siempre cierta aura de misterio. El paso del tiempo ha hecho crecer esa idea, que se ha alimentado del hecho de que en torno a la obra del autor colombiano hay especulaciones, versiones no comprobadas, documentos perdidos o manuscritos robados. Uno de esos documentos apareció en una casa de Manizales, en 2021: un manuscrito de la obra de teatro Juan Gil, publicada en los años setenta. Pero al observarlo con detenimiento, sale a la luz el descubrimiento: no es la misma obra, sino un documento de 1912 con varios detalles diferentes en la trama. Ese trabajo, la ópera prima de Rivera, acaba de ser coeditada por primera vez por la Biblioteca Nacional y la Universidad Nacional de Colombia.

La edición, presentada como una de las grandes novedades de la reciente Feria del Libro de Bogotá, es una oda al detalle y la minuciosidad. En la primera parte está el drama escrito, para ser leído como una obra de teatro cualquiera. En la segunda parte, hay una reproducción íntegra del manuscrito de Manizales. Además, está lleno de pies de página que dan cuenta de todos los ajustes y cambios que hizo Rivera en las correcciones de su obra, que al final quedó inédita. En resumidas cuentas, la edición, además de rescatar un trabajo que permaneció desconocido por más de un siglo, cuenta también la historia detallada de su elaboración. La responsable de esta edición total, llamada genética, es Norma Donato, investigadora del Instituto de Textos y Manuscritos Modernos de Francia.

La obra cuenta la historia del matrimonio de Juan Gil y su esposa, Pilar, víctima de la violencia y los malos tratos de su pareja. La trama, que pasa por la cólera, los celos, las amenazas y la brutalidad, tiene muchas diferencias con la edición de los años setenta, en que desaparecen algunos personajes y se cambian de manera radical varios pasajes de la historia. No hay certeza de que esa versión sea producto de un manuscrito posterior de Rivera, porque la edición que se publicó no tiene ningún registro documental. Mientras no se conozca ese documento, no se podrá saber si el autor modificó la primera versión.

Manuscrito original de la obra de teatro 'Juan Gil'.

El manuscrito en el que se basa la edición es una puesta en limpio de la obra. Rivera, por entonces de 24 años y estudiante de Derecho de la Universidad Nacional, al parecer aún no tenía máquina de escribir. Ese detalle facilitó la comprobación porque, de haber sido un documento mecanografiado, su autenticidad habría sido más difícil de demostrar. El documento, compuestos por hojas sueltas encuadernadas por el propio autor, tiene también correcciones hechas en lápiz y rastros de huellas dactilares. Que sea su ópera prima se deduce de la dedicatoria inicial: “Padres míos, a perfumar vuestra santa vejez va el primer retoño de este arbusto que trajisteis al mundo”. Como Juan Gil nunca fue publicado, Rivera volvió a usar esa dedicatoria en su poemario Tierra de Promisión, de 1921.

El documento en el que se basa la edición permaneció por más de un siglo en una colección particular. Su último dueño fue Ramiro Henao, hijo de Félix Henao, un médico de Manizales que fue compañero de residencia de Rivera en su época universitaria. Donato lo localizó después de seguir muchas pistas dentro y fuera de Colombia, mientras trabajaba en su investigación doctoral. Según dice, poco después de escrito Juan Gil, Rivera necesitaba dinero para un viaje a los Llanos orientales y recurrió a Henao, a quien dejó el manuscrito como garantía a cambio de dinero. No está del todo comprobado, pero los números “5.000” y “10.000” que aparecen escritos en las tapas del documento, en una letra que no es la de Rivera, pueden ser las cifras sobre las que se empeñó el texto.

Después de localizado el documento, Donato informa de su existencia a la Biblioteca Nacional que, tras una prueba de autenticidad caligráfica, inicia negociaciones con Henao para comprarlo. En 2023, fue adquirido por 40 millones de pesos por la biblioteca, que con ello logró una de sus compras más importantes de los últimos años, según dice su directora, Adriana Martínez-Villalba. El cuadernillo permanecía en una biblioteca, con un envoltorio plástico. El clima frío de Manizales ayudó a su conservación. Al llegar a la biblioteca, fue sometido a un cuidadoso trabajo de restauración. Ahora está disponible para investigadores, pero también para toda la ciudadanía a través de la versión digital que se puede consultar en la página de la biblioteca.

Manuscrito original de 'Juan Gil'.

Queda pendiente una duda: si en 1912 el joven Rivera ya tenía cierto reconocimiento en los círculos intelectuales de Bogotá, ¿por qué decidió no publicar su ópera prima? Donato tiene la hipótesis de que él pensó que, si publicaba Juan Gil, no iba a ganar reconocimiento al ser, según ella, un crítico con el patriarcado y la violencia contra la mujer en su obra. Explica que también pudieron influir en su decisión final algunos comentarios de amigos y críticos de la época, que consideraban monótona una obra de teatro escrita en verso, o de autoridades como Antonio Gómez Restrepo o Miguel Antonio Caro, que sentían en Juan Gil una influencia demasiado marcada del dramaturgo noruego Henrik Ibsen.

Rivera, un viejo desconocido

José Eustasio Rivera encarna una paradoja: es uno de los autores fundamentales de la literatura colombiana, y su obra más famosa es lectura habitual en colegios y universidades. Su vida y su legado, sin embargo, están llenos de misterios, interrogantes y mitos que se alimentan del paso del tiempo. Al leer La Vorágine, hay una suerte de unanimidad al pensarla como una novela típica de la sociedad patriarcal colombiana de los años veinte. Nadie duda de que Arturo Cova, su protagonista, cae con frecuencia en comportamientos machistas. Pero Donato se aleja de esa unanimidad: que Cova sea machista no hace que La Vorágine también lo sea. Quizá la construcción de un personaje tan masculinizado obedezca en realidad a una (otra) crítica de Rivera a la sociedad de su país.

José Eustasio Rivera, autor de 'La Vorágine'

Para Donato, esa crítica queda patente también en Juan Gil: no es que Rivera ensalce o normalice la violencia machista, sino que, al incluirla en su obra, parece poner frente a un espejo a la sociedad. “Se trata de una obra en la que, por un lado, es una mujer la protagonista, pero es una mujer víctima de ese patriarcado; y por el otro, hay tres masculinidades distintas, que de alguna forma representan y cuestionan la masculinidad hegemónica de la época”. La tragedia de Pilar, dice la experta, es soportar a un marido celoso y competitivo, y vista la obra de esa manera, la hipótesis de Rivera como crítico del machismo se empieza a ver con mayor claridad.

La investigadora incluso propone la teoría de una posible homosexualidad o bisexualidad de Rivera, basada en documentos y en registros que demuestran una convivencia de dos años en un apartamento en Bogotá del autor con un cauchero llamado Franco Zapata, a quien consultó para escribir La Vorágine y con quien mantenía un trato muy afectuoso en cartas. “Es una posibilidad que Rivera, como una persona homosexual o bisexual, viera en la literatura un mecanismo para cuestionar los roles rígidos de lo masculino en su sociedad”, explica.

Esa perspectiva aleja al escritor de cierto manto vetusto que siempre ha parecido cubrirlo, para convertirlo, de alguna manera, en un autor con muchos detalles por descubrir. No en vano, Donato cita un poema inédito del autor huilense llamado Maternidad, en el que reflexiona sobre cómo él se siente incomprendido en su época y en el que fantasea con que llegue el momento en que la sociedad lo pueda entender. Tal vez ese momento sea ahora.

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Sobre la firma

Santiago Triana Sánchez
Periodista de EL PAÍS en la edición América Colombia. Ha pasado por la sección de Cultura y por la redacción del Diario AS, en Madrid. Es egresado de Periodismo de la Universidad Javeriana y Máster en la Escuela de Periodismo UAM-EL PAÍS.
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