La Generalitat evita el choque político y confía en los criterios técnicos para mantener las pinturas de Sijena en Barcelona

El Gobierno aragonés se ha impuesto por goleada en la batalla judicial para que los frescos románicos originales del monasterio de Villanueva de Sijena vuelvan al lugar desde donde salieron en 1936 con camino a Barcelona. Pero todo apunta a que el Museo Nacional de Arte de Cataluña (MNAC), donde se exhiben restaurados los restos de esos murales, no dará todavía su brazo a torcer y exhibirá todos los criterios técnicos para preservar ese patrimonio dentro de sus paredes. Eso sí la Generalitat está evitando que el enfrentamiento vuelva otra vez al terreno político y habla solamente de criterios técnicos.

La posición oficial del museo que alberga las obras es inexistente todavía y así seguirá hasta la reunión extraordinaria que la próxima semana celebrará el patronato del organismo, pero este jueves ya ha dejado entrever cuál será su estrategia en la misma sala donde descansan las pinturas del siglo XIII. Su jefa del servicio de Restauración y Conservación Preventiva, Carme Ramells, ha argumentado que los frescos difícilmente podrían resistir ni las vibraciones del transporte ni el cambio de las condiciones ambientales que supondría mostrar la obra en el monasterio de Sijena. Ha dicho que sería como activar “una bomba de relojería”.

Esa fórmula de dar todo el protagonismo a los expertos es la que parece preferir también el Gobierno catalán, que desde la publicación de la última sentencia del Tribunal Supremo ha evitado el rifirrafe político con el Gobierno aragonés. El propio president, Salvador Illa, ha defendido desde Japón, donde está de viaje oficial, su intención de respetar la sentencia y dejar en manos del MNAC la respuesta, lo que supone fiarla a criterios de calado técnico, si bien hay que tener en cuenta que la actuación del museo depende de los tres actores políticos que rigen su órgano rector: la Generalitat, el Ayuntamiento de Barcelona y el Ministerio de Cultura.

Fuentes museísticas señalan, sin embargo, que la posición del Gobierno y del Ministerio de Cultura será imprescindible. Existen precedentes. En 2022 un informe del Ministerio de Cultura rechazó que la Dama de Elche pudiera volver a su ciudad al constatar tras un informe técnico que su traslado tendría “consecuencias catastróficas” acelerando su degradación. La figura íbera continúa en el Museo de Arqueología Nacional, en Madrid. De momento, el titular de Cultura, Ernest Urtasun, se limitó este jueves a afirmar su esperanza de poder ”decidir, de forma compartida y conjunta, los pasos a dar, siempre para la protección de bienes patrimoniales" en una visita al monasterio de San Millán de la Cogolla.

En Zaragoza, el presidente aragonés, Jorge Azcón (PP), continuaba celebrando el fallo judicial definitivo, llegado más de una década después de que un juzgado de primera instancia diera la razón al Gobierno de Aragón en sus demandas, demandaba la colaboración de la Generalitat y del MNAC para recuperar los murales de Sijena: “Que vengan de manera inmediata y que la colaboración dela Generalitat sea impecable”. Desconfiaba, no obstante, del silencio procedente del Gobierno.

Pero los tiempos probablemente se alargarán más de los 20 días de plazo que se defiende desde la istración que preside. El fallo del Tribunal Supremo debe confirmarse, volver al Juzgado de Primera Instancia número 2 de Huesca del que salió la primera sentencia e iniciarse una contrarreloj de 20 días. Después podría iniciarse un proceso de alegaciones en el que volverán a ponerse sobre la mesa los informes de expertos sobre la posibilidad o no de trasladar ese delicado material.

El fallo judicial de 2014 ya ponía sobre la mesa esa posibilidad, pese a asumir que diferentes peritos pusieron en duda las bondades de trasladar los frescos románicos. “Ningún perito ha afirmado la imposibilidad de trasladar las pinturas a la Sala Capitular ni que el traslado vaya a suponer inexorablemente la pérdida de las pinturas. Ahora bien, el traslado no puede realizarse de cualquier manera”, indicaba la sentencia, que ahora ya no se puede recurrir una vez confirmada por el Tribunal Supremo.

La conservadora del MNAC ha señalado que hay cuestiones físicas y químicas que cuestionan la posibilidad de que los frescos recuperados en 1936 pudieran sobrevivir en su actual estado al traslado y a un cambio de condiciones ambientales. Según las explicaciones de Ramells, la zona dedicada al arte románico del museo es una suerte de unidad de cuidados intensivos que garantiza la estabilidad de las pinturas, que ya fueron rescatadas de Sijena tras un incendio que las obligó a resistir temperaturas de hasta 1.000 grados centígrados, que acabaron afectando a su estado y a sus colores originales.

Además, apenas un 65% de los murales que se muestran en el MNAC son originales. El resto son recreaciones atendiendo a la evolución del original fijados sobre tela y madera que complica su preservación. “Se trata de un pastel con capas muy diferentes que cada una va hacia una dirección diferente”, ha señalado, poniendo énfasis en que la estructura actual no se ha movido desde 1995 y que la ubicación en el museo es la mejor porque además de una humedad y temperatura estabilizadas, también se controla la calidad del aire en la zona y que ninguna de las paredes de la zona donde están ubicadas es exterior. Ese factor permite tener más estabilizado el ambiente interno.

El alcalde de Villanueva de Sijena (Huesca), José Jaime Castellón, ha señalado, en declaraciones a TV3, que el retorno de los frescos románicos es “una oportunidad de reconciliación” y dignidad. “Más allá del debate político, yo creo que tenemos que tener todos altura de miras y volvernos a abrazar las dos comunidades autónomas como lo que somos, que formamos parte de la misma historia y que tenemos una oportunidad también de dignidad, de recuperar una parte importante de nuestra historia”.