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La economía española modera su crecimiento hasta el 0,6%, una décima menos por el menor consumo en vísperas de la guerra arancelaria

El avance interanual se sitúa en el 2,8% y brinda impulso para hacer frente en mejor estado al caos por las medidas proteccionistas

DVD1254 (20/02/2025). Sevilla. Una camarera atiende una terraza con turistas en Sevilla. FOTO: PACO PUENTES (EL PAÍS)
Antonio Maqueda

La economía española creció un 0,6% en el primer trimestre de 2025. Aunque se modera un poco, el dinamismo de la actividad se mantiene a pesar de la atonía europea. Junto al vigoroso final del año pasado, brinda un importante impulso que le hará afrontar la crisis arancelaria en mejor estado que sus socios comunitarios, gracias a que se espera que el consumo siga yendo bien por el incremento de las rentas, el elevado ahorro acumulado y la inmigración; y a que la construcción ha iniciado un ciclo de expansión que se aprecia en indicadores como el uso de cemento o los visados, aunque todavía se encuentre lejos de las cotas necesarias para resolver la crisis de vivienda. En tasas interanuales, el avance del PIB se sitúa en un vigoroso 2,8%.

De momento, estos son datos entre enero y marzo, cuando todavía no se había desatado con toda su incertidumbre la guerra arancelaria de Trump y en principio no debió afectar mucho. Hasta ahora, solo una institución, Funcas, el think tank de las cajas de ahorros, se ha atrevido a dar algunas cifras sobre cómo podría afectar a la actividad el caos por las medidas proteccionistas. Sus primeras estimaciones consistían en dos escenarios. Uno en el que los aranceles no iban más allá del 10% actual porque las presiones de los mercados financieros lo impiden: bajo este supuesto se contiene la incertidumbre y el PIB avanza este año un 2,3% y un 1,9% el que viene. El daño es de unas seis décimas entre los dos ejercicios debido a la escasa exposición directa de las exportaciones españolas a Estados Unidos. Pero en el segundo escenario la incertidumbre continúa y afecta sobre todo a la inversión en España. En ese caso, la guerra arancelaria podría restar hasta 1,2 décimas entre dos años y las previsiones de Funcas son que, aun así, el PIB suba un 2,4% en 2025 y un 1,4% en 2026.

Respecto al apagón sufrido este lunes, los expertos no prevén una gran incidencia en el PIB. “Ha podido producir una disrupción en la economía, pero este parón se va a recuperar rápidamente, con una mayor producción y con las decisiones de compra que se hayan aplazado solo por unas horas”, explica Rafael Doménech, economista del BBVA. Para María Jesús Fernández, analista de Funcas, las pérdidas que se produzcan en el género se volverán a comprar y se compensarán al menos en parte, pero la reducción de actividad que pueda haber tenido lugar será muy difícil de identificar en el PIB porque será pequeña y habrá un factor mucho más relevante influyendo: la guerra comercial.

La expansión del 0,6% entre enero y marzo es una décima menos de lo que se había crecido el trimestre anterior, que ahora se revisa a la baja y sumó un 0,7% en lugar del 0,8% que había calculado inicialmente el INE en su avance. De modo que la economía se ralentiza un poco respecto a las fortísimas tasas trimestrales del 0,7% o superiores que había encadenado durante seis trimestres. Esto se debe a una moderación del consumo de los hogares, que solo aumentó un 0,4% en los tres primeros meses del año, quizá afectado por el mal clima sufrido en marzo, frente al 0,9% que registró entre octubre y diciembre.

También influye un cierto frenazo del consumo público, que llevaba tiempo creciendo con fuerza y que a finales del año pasado y principios de este ha mostrado incrementos trimestrales del 0,2%. Esto indicaría que el aumento de plantillas que se había dado desde la pandemia, en buena parte en las comunidades, podría haber tocado a su fin en un contexto en el que han vuelto a entrar en vigor las reglas fiscales europeas.

La demanda exterior volvió a tener una aportación positiva a la economía española después de dos trimestres, suponiendo un lastre por el aumento de las compras al exterior. Esta vez las exportaciones de bienes y servicios crecieron un 1%, mientras que las importaciones subieron menos, un 0,7%. Y la inversión se elevó un 1,1%, encadenando dos trimestres de fuerte recuperación tras haber exhibido desde la covid un comportamiento pobre. Hasta el punto de que recobra los niveles prepandemia y crece muy ligeramente más que el consumo privado, las dos rúbricas que se han quedado más rezagadas comparadas con finales de 2019. Los analistas preveían que esta mejora de las inversiones acabaría ocurriendo por el robusto crecimiento de la actividad y el despliegue de los fondos europeos. A partir de ahora habrá que vigilar cómo puede golpear la crisis arancelaria a esta partida, muy vulnerable a la incertidumbre, pero esencial para mejorar una asignatura pendiente de la economía española: la productividad. La inversión en construcción registró una acusada desaceleración al pasar de crecer un 2,4% en el trimestre anterior a un 0,4% entre enero y marzo.

Según explica María Jesús Fernández, las revisiones han hecho que se gane menos de una décima en el primer trimestre del año pasado y se pierdan dos décimas en la segunda mitad del 2024. “Esto deja igual el crecimiento del PIB anual del ejercicio pasado, pero reduce el efecto arrastre para la tasa anual de este año”, señala María Jesús Fernández. Para el BBVA Research, entre las dos décimas menos de la segunda mitad del 2024 y la décima menos por el 0,6% registrado este trimestre, su previsión pasaría automáticamente de un crecimiento anual del 2,8% hasta el 2,5%, señala Doménech. Y añade que las revisiones a la baja se centran sobre todo en el consumo y las exportaciones de empresas.

Las horas trabajas siguen creciendo menos que el número de ocupados, una tendencia que se da desde 2023. Y eso hace que la productividad por ocupado a tiempo completo descienda un 0,1% interanual. “La productividad por trabajador sigue en niveles inferiores a los de 2019, aunque por hora haya repuntado mucho desde 2024″, apunta María Jesús Fernández.

En cuanto a los sectores, la agricultura y ganadería se disparó un 7,1% trimestral. La industria escaló un 0,8% en un contexto en el que las manufacturas en Europa están mostrando debilidad. La rama de comercio, transporte y hostelería continúa siendo un motor con un aumento del 1,3%. Las actividades inmobiliarias suben un 1,4% y las profesionales, un 0,7%. Destacan las caídas de información y comunicaciones, que se hunden un 3,8%, la de actividades recreativas, que se desploman un 1,4%, y la del sector financiero, que retrocede un 0,7% con las bajadas de tipos.

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Sobre la firma

Antonio Maqueda
Periodista de la sección de Economía. Graduado en Periodismo en la Universidad de Navarra y máster por la Universidad de Cardiff, ha trabajado en medios como Cádiz Información, New Statesman, The Independent, elEconomista y Vozpópuli.
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