El PP enfría su disposición al acuerdo sobre los aranceles aunque evita romper el diálogo con el Gobierno
El ministro Cuerpo mantiene el optimismo mientras dirigentes populares iten que hay “miedo” a que Sánchez les engañe y presión de los sectores más duros de la derecha

La frágil tregua entre el PP y el Gobierno por la crisis de los aranceles de Donald Trump se ha debilitado a toda velocidad. El tiempo dirá si se reconduce, pero de momento el PP, que ya afrontaba con mucha incomodidad la negociación, ha vuelto a enfriar la posibilidad de entendimiento con el Gobierno después de la aprobación del primer real decreto ley con medidas para amortiguar los efectos de las barreras comerciales. De los “elementos acertados” que el lunes por la mañana subrayaba Alberto Núñez Feijóo en el real decreto, el PP pasó el martes a denunciar un supuesto “cupo arancelario separatista” incluido en el texto, a raíz de la interpretación que hacen los independentistas de su acuerdo paralelo con el Ministerio de Economía, lo que en principio asegura su convalidación en el Congreso. Feijóo hace equilibrios para presentar al PP como un partido de Estado y controlar la animadversión del ala dura de la derecha a cualquier acuerdo con Pedro Sánchez. En un comunicado posterior al Consejo de Ministros, los populares se dieron por “expulsados del marco negociador”, pero se mostraron dispuestos a seguir atendiendo a las llamadas del Gobierno. “Los puentes para nada están rotos con el PP”, sostienen fuentes del Ministerio de Economía.
El PP justifica ese vaivén por una disposición del real decreto ley que iba incluida en la versión definitiva que Economía les facilitó antes de su aprobación. Según Junts, el acuerdo supone que el Gobierno “territorialice” las ayudas e inversiones del plan de 14.100 millones para los afectados por los aranceles. Sin embargo, el Ejecutivo aclara que no hay ningún trato diferencial para las empresas catalanas en esa disposición segunda que sostiene que “el Gobierno garantizará que la puesta a disposición a las empresas de los instrumentos financieros se efectúe con respeto al equilibrio territorial, sobre la base del porcentaje de las exportaciones de bienes con destino a Estados Unidos de las empresas de cada comunidad autónoma respecto al total de España en 2024, con particular atención a aquellas comunidades que tengan una mayor exposición”.
Pero la interpretación de Junts incomoda a los populares, que llegan a hablar de un “reparto desigual de los recursos de todos los españoles”. “No se puede llamar a los pactos de Estado mientras se sigue subastando el Estado”, llegan a decir los populares. El Gobierno subraya que el PP no puso objeciones a ese contenido y que la reacción del PP se ha producido cuando supo que esa incorporación era del grupo de Carles Puigdemont.
En este escenario, el PP asegura que la posibilidad de un acuerdo con el Gobierno “está más lejos que antes” y que las negociaciones para este primer real decreto de ayudas “han terminado”, puesto que el texto ya ha sido aprobado por el Consejo de Ministros, pese a sus discrepancias. Génova deja en todo caso abierto el canal de diálogo con el Ejecutivo, pero ha vuelto a imponerse la desconfianza. “Seguiremos atendiendo las llamadas que recibamos porque somos un partido de Estado, pero no es posible que cuenten con el Partido Popular si es para blanquear un acuerdo que vuelve a comprometer la igualdad entre ciudadanos y entre territorios”, avisa el PP.
El ministro de Economía, Carlos Cuerpo, al que Pedro Sánchez ha designado como el negociador principal del Gobierno en las negociaciones abiertas con todos los partidos salvo Vox, salió a última hora de la tarde a templar los ánimos. Cuerpo defendió que el real decreto es “muy equilibrado” y aseguró que la relación con el PP, donde su interlocutor es Juan Bravo, vicesecretario de Economía, es fluida: “Estoy hablando con el señor Bravo con más frecuencia casi que con mi familia. Estamos en una situación de o continuo y de buen entendimiento. Yo creo que eso es en lo que tenemos que estar por encima del ruido”, afirmó. Fuentes del Ejecutivo detallaron que ambos hablaron por la tarde y que la conversación fue “amena” y “constructiva”, una versión que también ratifican en el entorno del vicesecretario del PP. Según fuentes conocedoras de esa conversación, Cuerpo explicó a Bravo la disposición adicional, y este la entendió aunque reprochó al ministro no habérselo explicado antes.
A diferencia de Cuerpo, otros sectores dentro del Gobierno son pesimistas y están convencidos de que el PP está preparando el terreno para romper con el Gobierno.
El PP también deja en el aire el sentido de su voto sobre el decreto, pese a sus reservas. Feijóo, que este miércoles se reunirá en Bruselas con la presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, tiene difícil oponerse a un texto del que dijo el lunes que veía elementos acertados, en un discurso que trufó de apelaciones a la unidad ante la crisis arancelaria. No obstante, antes de poner el foco en el pacto con Junts, el PP ya había advertido de que le parecían “insuficientes” las modificaciones que el Gobierno había hecho al real decreto tras sus sugerencias, que tienen que ver con la reducción a un año de la moratoria contable y la incorporación al diálogo a las comunidades autónomas, además de la incorporación de 220 millones más para la internacionalización de empresas. En medio, un gesto político del PSOE: el cambio del Pleno del Congreso que estaba previsto para la última semana de abril de fecha para permitir al PP que pueda asistir al congreso del Partido Popular Europeo que se celebra en Valencia.
Pero para el PP no fue suficiente. “Hay miedo a que Sánchez nos engañe y mucha presión de los sectores más duros de la derecha”, analiza un dirigente popular, que recuerda que en este contexto el PP “no quiere dar bazas a Vox, ahora que están tan mal”. “El mensaje es: lo hemos intentado, pero con Sánchez es imposible”, interpreta este dirigente, mientras en el partido hay dudas de si la voluntad de negociar de la cúpula era real o desde el principio se ha tratado de una escenificación.
En esta tesitura, el análisis que hacen en La Moncloa es que Feijóo se encuentra muy incómodo por las presiones internas de federaciones como el PP de Madrid, contraria a pactar nada que les vincule con Pedro Sánchez tras basar su estrategia en una confrontación en la que no existe la tregua, y la dependencia de Vox para aprobar los presupuestos en buena parte de las comunidades presididas por el PP. “Están dando los pasos para que no haya acuerdo”, resume un peso pesado del Gobierno que vaticina que el alma del PP que representa Miguel Tellado, el portavoz y látigo de Feijóo en el Congreso, se impondrá a la corriente más posibilista y moderada que encarna el vicesecretario de Economía, Juan Bravo.
Los titubeos del PP propiciaron que varios ministros le instasen a no romper el acuerdo y a comportarse como un partido de Estado, justo como lo ha reivindicado Feijóo desde el inicio de la crisis arancelaria. “Es un momento crucial, muy complejo en el mundo y desde luego el Gobierno va a hacer lo que tiene que hacer para defender a España, sus trabajadores y sus empresas de la mano tanto de la Comisión Europea como de los grupos políticos”, observó el ministro de Presidencia, Félix Bolaños. ”Espero que se materialice [el pacto] porque se requiere y se necesita. Nuestra mano tendida”, abundó Fernando Grande-Marlaska (Senado) tras otra sesión de control en el Senado en la que no hubo ni rastro de la supuesta tregua. “Esperemos que el PP sea capaz de una vez romper con la ultraderecha y apoyar al Gobierno alguna vez”, abandonó la Cámara alta con ese deseo Óscar López, ministro de Transición Digital y secretario general del PSOE de Madrid. “Lo que pasa es que no estamos acostumbrados a que el PP arrime el hombro como puede ser en la guerra arancelaria. Esperamos a un PP que sea un partido de Estado y que cuando hay una crisis que arrime el hombro y que sea capaz de tener altura de miras”, zanjó Mónica García, ministra de Sanidad y referente de Más Madrid.
En lo que coinciden todas las voces gubernamentales consultadas es que el real decreto no peligra: “Está trabajado con los grupos”, es tajante un ministro. Esto es, que cuando llegue el momento de convalidarlo en el Congreso no dependerá del PP. Fuentes del Ejecutivo resaltaban que los grupos parlamentarios son favorables a un acuerdo, y que la predisposición del Gobierno es “construir una respuesta juntos”, como dijo el ministro de Economía tras el Consejo de Ministros. Y achacaban la reacción del PP al acuerdo entre Junts y el Gobierno, que negó que el real decreto establezca cuotas regionales. Las comunidades autónomas están convocadas este jueves a una reunión sectorial en la que el Gobierno atenderá sus demandas.
Pese a los mensajes contradictorios del PP, en el PSOE no esperan que la bancada popular se una a Vox y vote en contra en una cuestión tan sensible. Feijóo incluso valoró el lunes los “elementos acertados” del decreto, al que el Gobierno ha añadido peticiones del PP como reducir la moratoria contable y la incorporación de las comunidades autónomas al diálogo. No había transcurrido un día y la “sobreactuación” del PP según otro ministro invitaba a pensar ya en una ruptura y la vuelta a las hostilidades. “Genial que el PP vea posibilidad de distanciarse de Vox. Bienvenido sea”, razonaban a mediodía en La Moncloa antes de que el PP se diera por “expulsado del marco negociador” para responder a la guerra comercial iniciada por Donald Trump, aliado de Santiago Abascal, tras el acuerdo del Gobierno con Junts.
El Gobierno percutió contra la posición aparentemente imposible que Feijóo tiene que lidiar: los pactos con Vox. “Bienvenido sea un cambio, si es así, de actitud por parte del PP. Les falta un paso ya más y no es menor: se necesitan respuestas unitarias y es fundamental que por parte del PP que haya también una ruptura absoluta con aquellos socios de gobierno, socios de legislatura, como es la ultraderecha, que son los mismos que quieren romper con Europa. La respuesta que llega tiene que llegar también desde la unidad de Europa y casa muy mal plantear lo que ahora mismo está planteando el PP y, sin embargo, con la otra mano, seguir sosteniéndose en Vox”, remarcó Pilar Alegría, portavoz del Gobierno y líder del PSOE de Aragón. La única crítica al PP en la comparecencia posterior al Consejo de Ministros la realizó Diana Morant en esa misma línea: “Feijóo ha decidido aguantar a Carlos Mazón [como presidente de la Comunidad Valenciana] a cambio de un pacto presupuestario con Vox que es un pacto antieuropeísta. Estamos hablando de dónde se tiene que posicionar el PP ante los aranceles de la istración estadounidense y le digo a Feijóo que o se está con la Unión Europea y con los productores españoles o se está pactando presupuestos con la ultraderecha. No se puede estar en misa y repicando”, cargó la ministra de Ciencia y secretaria general del PSPV-PSOE.
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