El mantón de Manila y otras tendencias para brillar como invitada

Llega ese momento del año en el que debemos vestir de ceremonia nuestro armario. El gran desembolso que implica invertir en una prenda que llevaremos apenas unas horas convierte su búsqueda en un costoso proceso del que apenas disfrutamos. Sin embargo, puede ser también una ocasión perfecta para poner a punto nuestros básicos con los que deslumbrar en los eventos especiales que se presentan los próximos meses.

Para hacerlo más fácil, mostramos a continuación una serie de claves de temporada para encontrar ese uniforme redondo de BBC (bodas, bautizos y comuniones). Un color floral que defender de pies a cabeza, la artesanía de nuestro diseño textil como inspiración de un vestido ‘joya’, o apostar por el volumen y los pequeños detalles, son algunas claves para conseguirlo.

El mantón de Manila se transforma

“El mantón es la prenda más española que existe”. Jean Paul Gaultier fue pionero en ensalzar los valores de esta pieza tan de nuestro folklore, que ha representado internacionalmente a la tradición española en el diseño textil. Originaria de China y fruto de la confección en seda y bordado que arrastraba durante siglos el país asiático, su llegada a Sevilla desde Filipinas como colonia española en el siglo XIX encandiló a todo tipo de estratos sociales. La pincelada costumbrista de Julio Romero de Torres se encargó de retratar su delicada factura en fiestas flamencas y retratos de sociedad en multitud de ocasiones.

Con la resaca de la Feria de Abril y la de San Isidro aún latente, el mantón de Manila está más vigente que nunca en numerosas colecciones que apuestan por su factura artesanal más allá de la mera prenda, a modo de comodín para los eventos de ocasión que se presentan. Su delicada pátina de seda, unida a los flecos y estampados de flores o motivos barrocos, ha sido interpretada durante décadas por el mismo Jean Paul Gaultier, Dolce & Gabbana, Dior o Valentino, entre otros, en todo tipo de prendas. En territorio nacional, la estilista y diseñadora Ana Canalejo, al frente de su marca room717, ha cambiado de lugar su grácil silueta (de los hombros a la cintura) en forma de falda La Jupe. La base de un look de ocasión perfecto si lo combinamos con una camisa de seda en el mismo tono.

La colección cápsula 2025 de Mango para estos momentos especiales tiene al mantón de Manila como absoluto protagonista, bien en forma de vestidos asimétricos o con cuellos drapeados hasta faldas bordadas, con la escueta necesidad de una sandalia de finas tiras y un bolso de mano para cerrar el estilismo. Mientras, Rabanne lo transforma en un dos piezas con un suave jacquard confeccionado en Madagascar, y la mexicana Taller Marmo insufla su herencia mexicana sobre palazzos y caftanes a juego en sugerentes colores como esmeralda o caramelo.

Ante la duda (estética), siempre volumen

No hay nada como un slipdress de satén para acertar en la lista de invitados a una boda, pero contaremos también con la incertidumbre de toparnos con otras asistentes que lo compartan. Jugar con siluetas volumétricas, tanto en un todo como en los detalles y unido a materiales livianos como la organza, un georgette de seda o batista de algodón, garantiza un estilismo ( arriesgado sí) pero mucho más personal.

Inspirados por el parachutecore que han definido esta primavera firmas como Chanel, Chloé o Ferragamo, un look de invitada puede brillar con la misma fuerza junto a volantes en maxifaldas y minivestidos. Unido a colores cálidos como el teja, naranja sangrante o coral, también sirve de recurso para elevar un sencillo vestido sobre el tirante o escote.

Y si buscamos una fórmula que además potencie la figura, un vestido con fruncidos en la cintura en rosa empolvado o verde lima resultará una opción tan libre de movimiento como estilizada.

El traje a lo ‘Annie Hall’

Diane Keaton demostró en este film de 1977, a las órdenes de Woody Allen, las infinitas posibilidades que el traje masculino podía ofrecer adaptado a la silueta de una mujer. Con un pantalón de pinzas, inspirado en los zoot suits que vistieron a la comunidad latina y afroamericana de Nueva York durante los años cuarenta, junto a un chaleco ceñido en el mismo color, será una tentadora alternativa al vestido de siempre en las próximas BCC.

La primera regla de oro es dejar la camisa a buen recaudo y poner el chaleco en su función. En colores dulzones como rosa, azul bebé o amarillo matenquilla, se completa con una chaqueta de cuello sastre y hombreras remarcadas, y con el lino como material preferente para una boda de tarde en verano.

El jacquard en viscosa y colores rotundos como rojo o azul noche sobre este tres piezas es otra apuesta segura, tanto si lo combinamos con una sandalia de tacón extremo como con un zapato plano perforado. Y si buscamos un giro más sensual, nada como introducir el escote viral de este año, el palabra de honor, con un chaleco strapless a juego con el pantalón y los complementos. Sublime.

4. Nuevos drapeados

Simple, elegante y al grano. Un vestido lencero siempre es una apuesta segura pero no por ello aburrida, ya que puede dar pie a multitud de tendencias poniendo hincapié en los detalles. Por ejemplo, un gesto tan sencillo como crear un escote en forma de lágrima a través de suaves fruncidos llevará la prenda a otro estadio de costura.

Unido a colores tan vibrantes como el verde esmeralda, rojo tomate o madreperla, el influjo de la estética bajo el agua se deja ver esta primavera, incluso, en la vestimenta de gala. Esos clásicos fruncidos y lazadas en los tirantes que nos acompañaron en los chapuzones de nuestra adolescencia, regresan de la mano de Ganni en su propuesta de occasion sobre flores empolvadas y tejidos satinados.

Otra nueva lectura del drapeado consiste en enfatizar la arruga en la delantera como si fuera un fajín. Con o sin tirantes, estiliza toda la silueta al instante junto a vestidos con vuelo generoso y cómodos bolsillos en los costados.

5. Malva, el color Pantone de las bodas y bautizos

Lila, violeta, orquídea… Un manto de flores en esa tonalidad suave y apagada del púrpura, se posa con fervor sobre la lista 2025 de invitadas. Con un matiz gris y azulado, casa bien con los metales en joyas y demás complementos, incluso junto a brocados y pedrería como proponen las diseñadoras Jeanette Friis Madsen y Thora Valdimars Dottir para su colección de eventos en Rotate Birger Christensen.

Junto a adornos prominentes como un maxilazo o jugando con dos tonalidades de morado, es una fórmula que no pasará desapercibida a su paso. Si buscamos una opción más discreta pero sin dejar este color de lado, el británico y recién fichaje de Dior Men, JW Anderson, lo concibe nacarado para su línea homónima, en un corte asimétrico con detalles de puntilla en el bajo. Lujo silencioso con un giro de color.

Lazos, lazos y más lazos

“Los lazos están por todas partes”. La editora de moda Laura Pitcher predijo hace un par de temporadas en su columna de New York Times que este detalle tan asociado a nuestra infancia, reinaría en las pasarelas y en el street style global. Una guerra abierta al lujo silencioso que imperaba entonces y que con el ascenso del ‘coquette’ el pasado año terminó por adueñarse de nuestro armario. Incluida, la vestimenta para ocasiones especiales.

Reivindicado por la diseñadora irlandesa Simone Rocha desde sus comienzos, aporta un toque casi más punk que romántico (al estilo de la Maria Antonieta de Sofia Coppola) sobre escotes arquitectónicos, y en materiales tan diversos como el tafetán o un tejido natural conocido como ramio. Para darle su justo protagonismo, se presenta escueto y en negro sobre colores llenos de luz, como el rosa pastel o espuma de mar.

Pero también se posa en contraste sobre el cuello, siguiendo en alza esa tendencia de cubrir esta parte del cuerpo durante una ceremonia. La firma española Redondo Brand lo combina en raso rosa sobre un vestido en crepe tono guinda.

3 rios de fiesta para completar el look

Pendientes de Pomellato.

El modelo Iconica de la firma de joyería es perfecto para completar un buen look de invitada. Están realizados con de oro rosa de 18 kt y con 6 peridoto color verde. Su lustre vítreo crea un efecto denso y nublado fascinante e inconfundible, evocador del aceite de oliva: de ahí el origen del término olivino, otro nombre empleado en joyería para esta gema. Se utiliza para conmemorar el 16º aniversario de boda y se cree que el peridoto, asociado con el mes de agosto, otorga poder e influencia a quien lo lleva.

Sandalias de Jimmy Choo.

Las sandalias mule Etana, con su diseño escultural realzado con un gráfico tacón ‘drop heel’, son la nueva versión del clásico de fondo de armario. Este llamativo diseño, confeccionado en napa, se caracteriza por sus elegantes tiras cruzadas y su gran comodidad.

Bolso de Louis Vuitton.

Esta cartera de mano Félicie está confeccionada en piel Monogram Empreinte con el emblemático motivo Monogram de Louis Vuitton en relieve. Su diseño tipo sobre destaca por un compartimento espacioso y dos bolsillos extraíbles: uno con cremallera y otro con ranuras para tarjetas. El rio, creado para adaptarse a los estilos de vida cuenta con una cadena dorada extraíble.