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Festival de Eurovisión
Análisis
Exposición didáctica de ideas, conjeturas o hipótesis, a partir de unos hechos de actualidad comprobados —no necesariamente del día— que se reflejan en el propio texto. Excluye los juicios de valor y se aproxima más al género de opinión, pero se diferencia de él en que no juzga ni pronostica, sino que sólo formula hipótesis, ofrece explicaciones argumentadas y pone en relación datos dispersos

Análisis de las 26 canciones de Eurovisión: cuatro buenas entre la mediocridad

Ni tan mal si encontramos temas defendibles en un concurso que se regodea en el sonido ultraprocesado

El italiano Lucio Corsi (izquierda), representante de Italia, interpretando 'Volevo essere un duro' en Basilea en la semifinal del pasado martes.Foto: DPA vía Europa Press (DPA vía Europa Press)
Carlos Marcos

Aquí tenemos un caso de esos que gustan: Melody, esa niña de El baile del gorila, comenzó en las encuestas en el pozo con Esa diva, pero ha ido escalando con el transcurso de los días hasta colocarse entre los 15 primeros. ¿Poca cosa? Bueno, veníamos del puesto 30. Todavía se confía en adelantar a algún país más, pero da la impresión de que a la sevillana le van a faltar un par de semanas para completar su hazaña. Este año, sorprendentemente, escuchamos algunas canciones de nivel, que no encajan con el formato de típica canción eurovisiva de sonido ultraprocesado. El chiste grueso de Suecia sigue siendo el favorito, pero confiamos en que propuestas de muchísima más enjundia (sobre todo Italia, Portugal, Reino Unido y Suiza) puedan asomar la cabeza entre los primeros. La final se celebra mañana sábado en Basilea (Suiza), retransmitida en La 1 a partir de las 21h.

- Alemania: Abor & Tynna, ‘Baller’

Si piensas en la típica-canción dance-de-Eurovisión-años-2000 ahí aparece Baller, de estos dos hermanos que representan a Alemania. La única gracia que tiene es que Tynna, que es la que canta, no se esfuerza por gritarnos a la cara, ya que posee un tono cortito, pero original.

Abor & Tinny de Alemania durante uno de los ensayos antes de la final de Eurovisión. Foto: AP Photo/Martin Meissner)

- Suiza: Zoë Më, ‘Voyage’

Una canción bonita, bien cantada, en francés. Tan hermosa es que no pega en un festival que disfruta tanto de los sonidos epilépticos. No suelen quedar bien estos temas tan poco eurovisivamente normativos, pero, caray, algún día hay que cambiar esa deriva. Además, notición, no hay puesta en escena: una cantante en un escenario. Lo normal, vamos.

Zöe Më, de Suiza, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: AP Photo/Martin Meissner

- Reino Unido: Monday, ‘What The Hell Just Happened?’

Le falta un poco de colmillo a What The Hell Just Happened?, como por ejemplo un guitarrazo a lo Brian May, pero no está nada mal el tema de este trío que representa a Reino Unido. Una canción casi de teatro musical que enseguida te pone de buen humor y remite también a Abba. Y el mensaje es un lugar común, pero lo cuentan divertido: despendolarse de vez en cuando es altamente recomendable.

Monday, de Reino Unido, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: AP Photo/Martin Meissner

- España: Melody, ‘Esa diva’

Aquí pasa como en el caso de Chanel y su SloMo: un tema flojo defendido con garra. Es la baza de la sevillana, que ha ido puliendo aquí y allá la pieza, rebajándola de rancidez y conformando una cosa competente, que visto el nivel de la canción que puede ganar (que no la mejor), igual hasta queda en un digno puesto.

Melody, la representante de España, durante el ensayo antes de la final de Eurovisión.Foto: (AP Photo/Martin Meissner

- Italia: Lucio Corsi, ‘Volevo essere un duro’

Muchas gracias a Olly, que renunció a participar en Eurovisión, premio que le correspondía por ganar con su canción Balorda Nostalgia el festival de San Remo. Y se lo agradecemos porque en segundo lugar quedó esta Volevo essere un duro, de Lucio Corsi, que está realmente bien. Corsi lleva una estética glam-rock años setenta (más Marc Bolan que David Bowie) e interpreta un medio tiempo rockero con una estructura clásica que funciona muy bien. Música con sustancia y atemporal. Noel Gallagher se sonreiría si llega a escucharla. La mala noticia es que es demasiado buena como para que pueda ganar el festival.

Lucio Corsi, de Italia, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: Jens Büttner/dpa

- Francia: Louane, ‘Maman’

Una cantante y actriz ya con trayectoria (cinco discos) que modula bien y posee potencia. Maman es una balada de pop estándar que no aporta gran cosa, pero tampoco irrita.

Louane, de Francia, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: REUTERS/Denis Balibouse

- Suecia: KAJ, ‘Bara Bada Bastu’

Suecia, como casi siempre, está entre las favoritas. Las webs de apuestas incluso apuestan por su victoria. Si termina venciendo se habrá optado por una patochada. Bara Bada Bastu, interpretada por un trío finlandés (aunque representen a Suecia) pretende ser como una tonadilla divertida que habla de la cultura de las saunas en el país nórdico (frénese la imaginación lujuriosa) y con alguna pincelada folclórica. Vale, esto es un grupo cómico aprovechando que en Eurovisión vale todo; pero de ahí a ganar...

KAJ, de Suecia, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: AP Photo/Martin Meissner

- Austria: JJ, ‘Wasted Love’

Aquí tenemos otro de los clásicos de Eurovisión: una voz agudísima, dramatismo y un repunte electrónico de after al final. Así es este Wasted Love, que es demasiado lo mires por donde lo mires. La parte teatral está lograda, con ese barco zarandeándose. Según las encuestas, es el único representante que puede hacer sombra a Suecia. Musicalmente no hay duda de que esta propuesta supera a los chistosos de KAJ.

JJ, de Austria, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: Jens Büttner/dpa

- Israel: Yuval Raphael, ‘New Day Will Rise’

El sentido común nos dice que Israel no debería participar en Eurovisión. Pero aquí está, y con muchas posibilidades de quedar en el top 10, según las casas de apuestas. Se subraya que Yuval Raphael es una de las supervivientes del ataque de Hamas en un festival en Rein (Israel) en 2023. En lo musical, propone una balaba obvia que ni fu ni fa.

Yuval Raphael, de Israel, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: AP Photo/Martin Meissner

- Islandia: VÆB, ‘Róa’

Efectiva, obvia y contraindicada escucharla muchas veces. Así es la canción de estos dos hermanos. Los audiovisuales acuáticos permiten pasar el trago sin grandes traumas.

VÆB, de Islandia, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: EFE/EPA/GEORGIOS KEFALAS

- Polonia: Justyna Steczkowska, ‘Gaja’

No solo es que haya fuego y agua, por el escenario también vuela un dragón. Repetimos: un dragón. Todo muy de la Eurovisión de hoy, incluida la canción, que es un espanto.

Justyna Steczkowska, de Polonia, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: AP Photo/Martin Meissner

- Estonia: Tommy Cash, ‘Espresso Macchiato’

Termina la canción y esperas ver al jurado de Got Talent. Tommy Cash, el hombre de goma, viene a divertirse a Basilea. Seguro que se lo pasa bomba el bueno de Tommy, pero su canción no merece mucho análisis.

Tommy Cash, de Estonia, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: EFE/EPA/GEORGIOS KEFALAS

- Ucrania: Ziferblat, ‘Bird of Pray’

Al igual que Italia, el grupo ucraniano Ziferblat apuesta por la estética y los aromas musicales setenteros. A la altura del minuto 1 surge una especie de estribillo muy meritorio, y en general la canción es digna.

Ziferblat, de Ucrania, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: AP Photo/Martin Meissner

- Noruega: Kyle Alessandro, ‘Lighter’

Hay más fuego que música en la puesta en escena del joven representante noruego. La base es de primero de productor musical y cuando, de perdidos al río, sales a la pista de baile, resulta que la pieza sufre continuos frenazos.

Kyle Alessandro, de Noruega, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: REUTERS/Denis Balibouse

- Portugal: Napa, ‘Deslocado’

Ay, la saudade, qué bien nos arrulla después de tanta pirotecnia. Pero la canción de esta banda de Madeira se transforma en una pieza de pop-rock que linda el indie. Cantada con competencia y con una buena melodía.

NAPA, de Portugal, durante el ensayo antes de la final de EurovisiónFoto: Jens Büttner/dpa

- Países Bajos: Claude, ‘C’est La Vie’

Una de esas composiciones que ni crispan ni conmueven. Una canción “la la la” que se olvida pronto.

Claude, de Países Bajos, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión. Foto: AP Photo/Martin Meissner

- San Marino: Gabry Ponte, ‘Tutta L’Italia’

Simplona la canción que representa a San Marino. “Toda Italia, toda Italia, toda Italia, vamos a bailar, eh”. En esas estamos...

Gabry Ponte, de San Marino, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: REUTERS/Denis Balibouse

- Albania: Shkodra Elektronike, ‘Zjerm’

Cuando Kolë Laca, la parte masculina de este dúo, se pone a recitar con los ojos perdidos en no se sabe qué oscuridades, confirmamos que los representantes de Albania se han equivocado de fiesta. Demasiada densidad para Eurovisión, Kolë.

Shkodra Elektronike, de Albania, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: AP Photo/Martin Meissner

- Letonia: Tautumeitas, ‘Bur man laimi’

Un poquito de relajación entre tanto impacto para los cerebros. Se llaman Tautumeitas, y además de tener un nombre de sonoridad similar a Tanxugueiras también comparten propósito con las gallegas: arrastrar los ritmos folclóricos de su tierra a los sonidos contemporáneos. Son seis componentes con unas voces angelicales y la coreografía resulta sencilla y bonita.

Tautumeitas, de Letonia, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: AP Photo/Martin Meissner

- Armenia: Parg, ‘Survivor’

Poco que comentar de esta clase de gimnasio a ritmo de algo que pretenden vendernos como rock (así lo definieron los comentaristas de la semifinal). Eso sí, el fuego que no falte.

Parg, de Armenia, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: AP Photo/Martin Meissner)

- Lituania: Katarsis, ‘Tavo akys’

Ey, Eddie Vedder, escucha esto. Bueno, mejor no, porque Katarsis lucharían por no descender en la cuarta división del grunge.

Katarsis, de Lituania, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: AP Photo/Martin Meissner

- Grecia: Klavdia, ‘Asteromata’

Una artista que sale del programa de talentos La Voz Grecia, y se nota, porque se muestra muy interesada en que nos enteremos de la voz tan potente que posee. Su canción no es de las peores del concurso.

Klavdia, de Grecia, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: REUTERS/Denis Balibouse

- Malta: Miriana Conte, 'Serving’

Es llamativo lo que gusta la potencia vocal en Eurovisión. Muchas son las canciones que se frenan en seco para que el concursante emita su grito más huracanado. Pero cantar bien no es una competición para ver quién llega más arriba. Todo esto viene a cuento porque Miriana Conte es una de tantas y de tantos que nos zumba con el alarido recurrente. Por lo demás, resultando abigarrada la puesta en escena, lo peor es que la canción no termina de encontrar el carril bueno.

Miriana Conte, de Malta, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: AP Photo/Martin Meissner

Dinamarca: Sissal, ‘Hallucination’

Un claro ejemplo de música ultraprocesada realizada con un programa de ordenador barato. Sissal canta con cierta personalidad y el tema es resultón para la pista de baile, pero la metalizada base musical lo estropea todo.

Sissal, de Dinamarca, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: EFE/EPA/GEORGIOS KEFALAS

- Luxemburgo: Laura Thorn, ‘La poupée monte le son’

El arranque de la actuación de Laura Thorn parece directamente un videoclip. Nadie diría que está en un escenario con público delante. Prueba de lo loco que se ha puesto la tan celebrada por los eurofans “puesta en escena”. La canción tiene su gracia, es festivalera, en el buen sentido de la palabra, y ella desprende simpatía.

Laura Thorn, de Luxemburgo, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: AP Photo/Martin Meissner

Finlandia: Erika Vikman, ‘Ich Komme’

Una canción plana, que además la olvidas después del disparate del final, con Erika Vikman volando sobre un micrófono gigante que echa fuego. En fin...

Erika Vikman, de Finlandia, durante los ensayos antes de la final de Eurovisión.Foto: AP Photo/Martin Meissner

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Sobre la firma

Carlos Marcos
Redactor de Cultura especializado en música. Empezó trabajando en Guía del Ocio de Madrid y El País de las Tentaciones. Redactor jefe de Rolling Stone y Revista 40, coordinó cinco años la web de la revista ICON. Es licenciado en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid y Máster de Periodismo de EL PAÍS. Vive en Madrid.
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